Alex Campos Comenta “Cuando una Lágrima Cae” - ZonaVertical.com
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Alex Campos Comenta “Cuando una Lágrima Cae”

El cantautor colombiano comparte detalles acerca del nuevo sencillo desde el álbum Derroche de Amor.
Alex Campos - Zona Vertical

Nadie mejor que el mismo Alex Campos para hablar de “Cuando una Lágrima Cae”, el nuevo sencillo del disco Derroche de Amor, con el que ganó su tercer Grammy Latino.

Su Presencia Producciones entrevistó al colombiano, quien dice que “Cuando una Lágrima Cae” es un bolero con tintes de bachata, que nació después de una traición. Que es una canción profunda y poética, que tiene mucho en común con “El Sonido del Silencio” y “Al Taller del Maestro”. El video fue grabado en vivo en Raza de Campeones 6.

¿Cómo nació esta canción?

La escribí en un tiempo complicado. Recibí unas noticias difíciles, que me pegaron muy duro, porque me sentí traicionado por personas que admiraba y amaba; muy cercanas. Duré un par de semanas afectado y, sobre todo, tres días de dolor, mal genio e impotencia de no poder hacer nada.

No sentía el sabor de la alegría, ganas de soñar ni de ir pa’ lante, sino todo lo contrario, me preguntaba para qué estaba haciendo las cosas, veía que era mucho trabajo para nada. Simplemente, me tuve que refugiar en Dios.

Describe el momento en el que la escribiste.

Estaba en mi estudio, leyendo la Palabra del Señor y un devocional que decía: “Bienaventurados los que lloran porque ellos serán consolados”. Realmente estaba llorando, tenía el corazón partido y necesitaba consuelo.

Tomé la guitarra, comencé a tararear la música y de una se me vino la letra: “Cuando una lágrima brota del corazón, se opaca el sol, llora esta canción”, y seguí descifrando lo que estaba sintiendo: “Tu llanto es el quebranto que llevas por dentro, se extiende en el tiempo”, porque se me hacía larguísimo; “Se ahoga en silencio”, porque no salí a decirle a todo el mundo que me acababan de traicionar.

Pasaron como dos horas; fue un tiempo con Dios muy lindo.

¿Cómo hilaste los versos para lograr que fuera tan poética?

No sé, eso es algo de Dios. No fue una canción forzada, sino que salió de lo que estaba viviendo, lo que había en mi corazón y lo que Dios me respondía. Se dio muy natural, sin pensar en si estaba o no rimando. Fue de esos temas que el Espíritu Santo literalmente me regaló, porque cuando lo leí, dije: “Wow, ¿cómo escribí todas estas cosas?”

¿Por qué la escogiste como nuevo sencillo?

Es una canción muy profunda, poética, romántica, que te llega al alma y al corazón. Musicalmente y temáticamente, muy rica. Es de restauración, habla de la importancia de llorar, porque a veces como cristianos se nos mete la idea de que no podemos hacerlo.

Obviamente Dios nos llama a estar alegres y agradecidos, pero hay momentos en que es mejor sacar los sentimientos, el llanto. David escribió muchos salmos en medio del dolor. Cuando estaba huyendo de Absalón, su hijo, estaba triste, llorando y pidiendo el consuelo de Dios. Esos momentos van a llegar a nuestra vida, pero incluso ahí podemos encontrar restauración, paz y la risa de Dios.

Musicalmente, ¿cómo la describes?

Es un bolero con tintes de bachata, una fusión muy interesante, que lleva el sonido latino de todo el disco Derroche de Amor. Es una canción larga, para escuchar varias veces y analizar. No es para bailar o saltar, ¡no!

Tienes que analizar cada frase porque puede llegar a incomodarte, como: “Benditas las lágrimas que hoy tú secas” o “bendito el desierto al cual tú me llevas”. ¿Cómo vas a bendecir el desierto? Me gustan esas canciones, como “El Sonido del Silencio” o “Al Taller del Maestro”, que hablan de verdades que nos cuesta entender.

¿Qué lecciones aprendiste con esta canción?

Primero, que Dios quiere seguir formando mi carácter. Segundo, que debo depender de Él, no de las palabras de los hombres; de su voluntad, no de quiénes me apoyan. También, me di cuenta de que, aunque caminemos con Jesús y le sirvamos, a veces nuestros corazones se ponen duros a su Palabra o insensibles.

Entonces, esta experiencia me sensibilizó una vez más. Pude sincronizar mi oído a la voz de Dios y entender que en los momentos difíciles de nuestras vidas, Él llora con nosotros, seca nuestras lágrimas y nos consuela. No nos saca de los desiertos sino que los pasa con nosotros.

Finalmente, creo que todo ministerio tiene que pasar por el desierto de la traición. Jesús mismo vivió la traición de Pedro y de Judas, y seguramente le dolió. No fue que Pedro lo negó y Judas lo vendió y ya, no, ¡debió dolerle montones, carcomerle por dentro! Sin embargo, Jesús perdonó y restauró, y eso fue lo que Dios me llevó a hacer: seguir amando a los que me estaban haciendo daño.

¿Cómo miras ahora esa traición que tuviste que vivir?

Lo que pasó fue increíble. Hace un par de días recibí una llamada diciendo: “Nos equivocamos. Todo era como tú lo dijiste”. Para que eso pasara, necesitaba un milagro. Dios es así, hace cosas increíbles. Él tiene el control de todo, de tus acusadores, de los que te hacen trampa, y en su momento, hace justicia.

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