El pensar en la Tecnología de Ayudar me recuerda a Mister Tom. Él contaba con ochenta años cuando decidió que quería aprender a usar la computadora. Valiéndose de un programa estatal de rehabilitación vocacional se unió a la escuela de computación donde yo entrenaba a personas con dificultades para utilizar las herramientas más básicas.
Cada día era un reto con mister Tom. Él entendía muy bien todos los conceptos y los podía aplicar con facilidad, pero le costaba mucho interactuar con la computadora a través del ratón. Nunca le hizo clic. No vio la correlación entre el movimiento del ratón y el movimiento del cursor en la pantalla; le era en extremo difícil detener el movimiento del ratón cuando el cursor estaba sobre un área en particular, y ni hablar de hacerle clic a un ícono. ¿Doble-clic? ¡Olvídalo!
Quisiera poder reportar que después de seis meses mister Tom aprendió a usar el ratón, pero con tristeza debo decir que nunca lo hizo. Aún así se mantuvo asistiendo a la clase y trató con perseverancia cada día porque, decía “Por lo menos aquí todos los días me están ayudando”.
Ayudar a quienes están en necesidad es labor de hoy.
Nunca digas a tu prójimo: «Vuelve más tarde; te ayudaré mañana», si hoy tienes con qué ayudarlo (Proverbios 3:28).
En el artículo 5 funciones esenciales de las tecnologías ministeriales, expliqué que las tecnologías ministeriales son aquellas que le permiten a la iglesia realizar las cinco funciones esenciales de su misión, o las 5 aes de su misión: Adorar, alcanzar, aprender, ayudar y administrar.
Lo que esto significa es que hay tecnología para cada una de las 5 aes:
- Tecnología de adorar
- Tecnología de alcanzar
- Tecnología de aprender
- Tecnología de ayudar
- Tecnología de administrar
La tecnología te ayuda a ayudar. La iglesia puede asistir al prójimo con las siguientes 4 estrategias de servicio de la tecnología de ayudar: organizar el voluntariado, servir a la comunidad, ayudar al necesitado y asistir al discapacitado.
1. Organiza el voluntariado
Todo creyente ha sido llamado a servir a su prójimo y aunque no necesita a la iglesia para hacerlo, en la iglesia debemos facilitar el servicio voluntario. Parte del problema es que la gente que desea servir no sabe en qué y en la iglesia no tenemos claras, variadas y suficientes oportunidades para que le gente sirva. Entonces, ¿Qué podemos hacer?
- Planifica y promueve oportunidades de servicio que sean atractivas
- Reclutar y dale seguimiento a tus voluntarios con aplicaciones especializadas como Volunteer Impact o CiviCRM.
- Implementa aplicaciones de software que faciliten la colecta, el inventario y la distribución de donativos.
- Recoge dinero en línea o mediante mensajes de texto, utilizando sistemas como GoFundMe, PayPal, eChurchGiving o preferiblemente Purpose Giving. Puedes leer más al respecto en este artículo.
2. Sirve a tu comunidad
Abre canales de servicio comunitario como tutorías después de la escuela, asistencia legal o programas auspiciados por el gobierno.
- Comienza por tu ciudad. Utiliza los motores de búsqueda para investigar los problemas más comunes y descubre las ayudas disponibles a través del gobierno local. Es mucho lo que puedes aprender acerca de tu localidad con un poco de investigación.
- Crea un directorio de servicios que incluya a los profesionales de tu congregación y mantén una base de datos accesible en-línea.
- Conéctate con ministerios nacionales de ayuda. La Red Católica de Voluntariado, por ejemplo, conecta a más de 19.000 voluntarios con sus programas afiliados.
3. Ayuda al necesitado
La Biblia está llena de referencias al ayudar al huérfano, a la viuda y al extranjero, y dice que Dios mismo cuida de ellos (Deuteronomio 10:18). Dios está interesado en las personas de bajos recursos o estatus en la sociedad y nos manda a albergar ese mismo sentir. Apóyate de la tecnología para coordinar la logística utilizando aplicaciones de manejo de casos como por ejemplo CaseBox para administrar proyectos similares a estos:
- Con restaurantes o supermercados locales, establece un programa de distribución de alimentos para el más necesitado.
- Coordina recursos para el inmigrante como sesiones de orientación legal, financiera y familiar.
- Hablando de la familia, crea programas de consejería familiar que sirvan como puente al mensaje del evangelio.
- Crea un laboratorio de computación e instruye al anciano, aunque te tome meses enseñarle a usar el ratón.
4. Asiste al discapacitado
Conviértete en un ministerio accesible. No prives al discapacitado a las personas con necesidades especiales del ministerio de la iglesia, antes facilita su participación desde la raíces de tu organización. Por fortuna, la tecnología moderna ha creado software y equipos con el discapacitado en mente, sólo tienes que incorporar algunas de estas cosas:
- Tecnología asistiva para el aprendizaje
- Una sección en tu sitio web con recursos para personas especiales, como: recursos en audio, materiales en Braille o subtítulos para tus archivos de video
- Un sitio web accesible. Para ello puedes seguir la guía del consorcio de la Red Mundial (W3C).
- Traducción a los idiomas más comunes que componen a tu comunidad.
La tecnología de la ayuda busca el bien común en varios aspectos:
- Afirma el sacerdocio de todos los creyentes
- Estimula el servicio y la participación del cuerpo de voluntarios
- Provee herramientas tecnológicas al día para atender al necesitado
- Coordina recursos de asistencia en tu comunidad
- Establece tu presencia fuerte y visible en la ciudad
Se honesto y responde esta pregunta: Si hoy tuvieras que cerrar tus puertas, ¿estás seguro de que tu comunidad te extrañaría? El amor bíblico es caridad, amor en práctica, amor en acción. Ejercitemos pues el amor utilizando la tecnología para ayudar a otros.
Y tú, ¿habías notado las múltiples maneras en la cual puedes emplear la tecnología para ayudar? ¿Tienes un plan de tecnología de ayuda en tu iglesia?
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