Si pregunto “¿qué es la tecnología?”, una persona me responde levantando su teléfono celular. Otra persona me señala la computadora sobre el escritorio. Uno que otro aventurero se atreve a balbucear unas palabras, a veces sin sentido.
Me gusta rondar por los pasillos haciéndole a la gente esta pregunta. Siempre me sorprende la reacción de la gente. La mayoría de las personas titubean ante la pregunta mientras tratan de articular una respuesta satisfactoria. Es casi como que les hubiese hecho una pregunta existencial.
La tecnología es tan parte de nuestra experiencia que se nos hace difícil definirla. La damos por sentada. Se nos olvida que mucho de lo que utilizamos en nuestro día a día es tecnología. Puedes mirar alrededor y hacer un inventario mental, pero ¿qué es la tecnología?
Todas las iglesias a lo largo de su historia han utilizado tecnología, aunque no siempre hayan tenido conciencia de ello. Los tiempos han cambiado. Ahora sí necesitamos ser conscientes del significado de la tecnología y ser intencionales en la manera como la utilizamos.
Definir la tecnología con el propósito de entender su aplicabilidad en el ministerio cristiano es entonces de suma importancia. Tomando estas dos variantes: qué es y cómo la uso, he llegado a mi siguiente definición pragmática:
La tecnología es una red cultural interconectada de personas, sistemas, procesos, políticas y aparatos que nos permite interactuar con el mundo que nos rodea.
Veámos con cierto detalle este pentateuco tecnológico, estas 5 columnas vitales de la tecnología.
Una Red Cultural
La tecnología es producto de la cultura y tiene el potencial de transformarla. Es importante conocer la cultura donde se desarrolla la tecnología, la cultura que le da uso a la tecnología y la cultura que se desea alcanzar con la tecnología. No podemos perder de vista la cultura en nuestro trato con la tecnología. En mi artículo sobre el Desafío Cultural de la Tecnología explicaré algunas de estas dinámicas en más detalle.
Una Red Interconectada
Ninguna tecnología existe aislada. La tecnología se desarrolla por sus enlaces generacionales, es decir, una tecnología presente siempre es heredera de sus predecesoras. La tecnología crea una experiencia común. No podemos perder de vista la facultad de interconectar la tecnología. En la interconexión radica el impacto que tiene.
Una Red de Personas
He encontrado que muchos errores en las iniciativas tecnológicas de las iglesias suceden porque se ignora a la gente. La tecnología es por las personas y para las personas. Esto incluye a las personas que se benefician de ella, pero también debe incluir al personal calificado para implementarlas y darle soporte técnico. No podemos perder de vista el factor humano de la tecnología siendo que el propósito del ministerio es llegar al corazón de los seres humanos.
Una Red de Sistemas
De acuerdo a la Real Academia Española, un sistema es un “conjunto de cosas que relacionadas entre sí contribuyen a un objetivo”. La tecnología es un sistema. La iglesia es un sistema, un cuerpo formado por un conjunto de cosas contribuyentes — y no me refiero solo a los diezmos. Hay quienes contribuyen asistiendo o quienes lo hacen sirviendo. No podemos perder de vista la intrínseca relación sistémica de la tecnología.
Una Red de Procesos
Todo proceso mueve algo de un estado a otro, transformándolo a cada paso. Los procesos generalmente se representan con diagramas de flujo que definen los estados de entrada y de salida (I/O por sus iniciales en inglés, de Input/Output). La manera en la cual fluye el mensaje cristiano de una persona a otra es un proceso, uno que transforma el corazón. No podemos perder de vista los procesos de la tecnología. ¿Qué deseamos cambiar con ella? ¿Cómo se mueve de un paso al otro?
Una red de políticas
Ciertas normas, escritas o no, rigen el uso de la tecnología. En la medida que esta se ha desarrollado, hasta se han creado organismos oficiales gubernamentales para regularla y nuevas leyes se promulgan con los nuevos avances. No podemos perder de vista las leyes que controlan el uso de la tecnología, como las licencias de uso del software, las políticas de privacidad y derechos de autor o las garantías.
Una Red de Aparatos
Finalmente llegamos a lo que la mayoría de la gente apunta por ser lo más obvio, los aparatos. Aunque un cuchillo también sirva para desatornillar, no podemos perder de vista las necesidades propias del manejo de los aparatos en cuanto al uso recomendable y el mantenimiento apropiado y su ciclo de vida.
Una Red Interactiva
Estos cinco componentes de la tecnología están en constante interacción entre sí y con el mundo que las rodea. Son mediadoras en nuestra relación con el mundo al cual hemos sido llamados a alcanzar con el mensaje del evangelio. Es fácil — y con certeza un mal de nuestro tiempo — aislarnos cuando usamos la tecnología. No podemos perder de vista la naturaleza interactiva de la tecnología.
Sin personas (científicos y técnicos, por ejemplo), ni sistemas (diseño y presupuesto), ni procesos (manufactura y mercadeo), ni políticas (uso y privacidad), ni aparatos (utilidad y mantenimiento), no habría tecnología y se nos dificultaría interactuar con el mundo alrededor. Pero hemos sido llamados a interactuar. Hemos sido llamados a echar la red. Jesús dijo:
También se parece el reino de los cielos a una red echada al lago, que recoge peces de toda clase (Mateo 13:47).
¿Cómo echamos la red de las tecnologías ministeriales? Este será el tema de la siguiente serie de artículos.
Y tú, ¿ves la tecnología como una red integrada? ¿Entiendes el rol de la tecnología en tu contexto cultural?
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