En esta segunda parte de la serie analizaremos dos tópicos: juzgar con justicia y también diferenciar entre las doctrinas primarias y secundarias.
Juzgar Injustamente y Juzgar con Justicia
Así como es importante saber diferenciar a un falso maestro de un maestro que se equivoca, también es importante entender que la Biblia no nos prohíbe juzgar y determinar si alguien lo es o no. Lamentablemente, ante este tipo de temas muchísimos cristianos se aíslan del debate y dicen: “¡No, la Biblia nos llama a que no juzguemos! ¡Mejor dejemos que Dios juzgue estas cosas!” Pero esa posición es anti bíblica y hasta cobarde ante un tema que todo creyente debería conocer de primera mano.
El siguiente pasaje es el texto favorito de quienes justifican su indiferencia. Es Mateo 7:1-2, el cual Will Graham ha denominado: “El texto más mal interpretado de la toda la Biblia”. Jesús dijo en el Sermón del Monte: “No juzguen a nadie, para que nadie los juzgue a ustedes. Porque tal como juzguen se les juzgará, y con la medida que midan a otros, se les medirá a ustedes” (Mateo 7:1-2). “¡Allí está!”… dicen muchos evangélicos, “¡es pecado juzgar a otros! ¡Por lo tanto, no debemos juzgar a ningún predicador y señalarlo de falso maestro!”
Mira, lo que Mateo 7:1-2 está enseñando no es que no debamos juzgar, sino que no debemos juzgar injustamente, que es distinto. ¿De dónde saco que el texto de Mateo 7 se refiere juzgar injustamente y no a juzgar de forma general? Del contexto total del Nuevo Testamento. Por ejemplo, en otra ocasión Jesús dijo: “No juzguen por las apariencias; juzguen con justicia” (Juan 7:24).
¿Cómo es eso de que Jesús dijo primero que no juzguemos y después de que sí juzguemos? ¿No incurrió en una contradicción el Maestro? No, no se contradijo. Lo que pasa es que en la primera se refería a no juzgar injustamente y en la segunda a hacerlo con justicia. ¿Ves la diferencia?
Por lo tanto, si juzgamos justamente a alguien que contradice las enseñanzas fundamentales de las Escrituras y lo calificamos de falso maestro, no estaríamos pecando, sino obedeciendo un mandato bíblico, el de juzgar con justicia.
Doctrinas Primarias y Doctrinas Secundarias
Así como es importante diferenciar entre un falso maestro y un maestro que se equivoca y saber diferenciar entre juzgar injustamente y juzgar con justicia, también lo es diferenciar entre las doctrinas primarias y las doctrinas secundarias. Te explico por qué.
Por doctrinas primarias entendamos que son aquellas doctrinas en las que todos los cristianos evangélicos, independientemente de la denominación a la que pertenezcamos, estamos de acuerdo y que nos unen como iglesia evangélica a nivel mundial. Y por doctrinas secundarias entendamos que son aquellas que se derivan de las primarias y que probablemente nos diferencien de las otras denominaciones evangélicas que no son la nuestra.
Por ejemplo, todos los evangélicos creemos que la salvación es por gracia y por la fe en Jesucristo. Todos lo creemos. Esa es una doctrina primaria. La doctrina secundaria sería creer si la salvación se pierde o no se pierde. La doctrina primaria nos une, la secundaria nos diferencia.
¿Alguien afirma que la salvación es por obras, no por gracia y por fe? Entonces comete herejía. ¿Por qué? Porque está contradiciendo una doctrina fundamental de las Escrituras. ¿Alguien cree que la salvación se pierde y otro que no se pierde? Como es una doctrina secundaria no es correcto calificar ni al uno ni al otro de hereje. ¿Por qué? Porque no están contradiciendo ninguna doctrina primaria, solo una secundaria.
Otro ejemplo: todos los evangélicos creemos que el Señor Jesucristo regresará por segunda vez. Todos lo creemos. Esa es una doctrina primaria. La doctrina secundaria sería si alguien cree que el arrebatamiento de la Iglesia será antes o después de la Gran Tribulación. La doctrina primaria de la Segunda Venida nos une, la doctrina secundaria del momento exacto de la salida de escena de la Iglesia nos diferencia.
¿Alguien afirma que Jesucristo no regresará por segunda vez a la Tierra? Entonces comete herejía. ¿Por qué? Porque está contradiciendo una doctrina fundamental de la Escritura. ¿Alguien cree que la iglesia no pasará la Gran Tribulación y otro que sí? Como es una doctrina secundaria no es correcto calificar ni al uno ni al otro de falso maestro. ¿Por qué? Porque no están contradiciendo ninguna doctrina primaria, sino solo una secundaria.
Un último ejemplo: todos los evangélicos creemos que el Espíritu Santo es Dios. Todos lo creemos. Esa es una doctrina primaria. La doctrina secundaria sería creer que el bautismo en el Espíritu Santo se da en el momento de la salvación o que es una experiencia posterior a la salvación. La doctrina primaria nos une. La doctrina secundaria nos diferencia.
¿Alguien afirma que el Espíritu Santo no es Dios, sino una fuerza, una especie de energía impersonal o algo distinto a lo que las Escrituras enseñan? Entonces comete herejía. ¿Por qué? Porque está contradiciendo una doctrina fundamental de las Escrituras. ¿Alguien cree que el bautismo en el Espíritu Santo ocurre en el momento mismo de ser salvos y otro que ocurre posteriormente a ese día? Como es una doctrina secundaria no es correcto calificar ni al uno ni al otro de falso maestro. ¿Por qué? Porque no están contradiciendo ninguna doctrina primaria, solo una secundaria.
Para quienes están leyendo esta entrada y creen que hablar este tipo de temas no tienen nada que ver con la adoración o la composición de canciones, permíteme comentarte el caso de una iglesia “evangélica” (entre comillas) en México. Es la iglesia Redimidos en la ciudad de Hermosillo y cuyo pastor es Jonathan Meza — que por cierto es cantante, músico y compositor.
Ellos afirman que el Espíritu Santo es la parte femenina de la Trinidad. Es decir, el Espíritu Santo es mujer y aunque algunos de ellos no lo reconocerán tan abiertamente, dan a entender que fue de la unión espiritual entre el Padre y el Espíritu (que es mujer) como fue engendrado el Hijo de Dios en la eternidad. Ellos han desarrollado toda una doctrina sobre la maternidad del Espíritu Santo al punto que hasta en sus canciones de adoración llaman al Espíritu “Señora”. Si buscas los videos en YouTube y escuchas los tiempos de adoración en donde se refieren al Espíritu como mujer, es muy probable que te dé náuseas.
¿Crees que no es importante hablar de temas doctrinales en la iglesia de hoy y que la doctrina no repercute en la adoración y la composición? Entonces ya no sigas leyendo esta serie. Pero si sabes que estamos en tiempos donde muchos pastores evangélicos se están apartando de la sana doctrina, entonces las siguientes entradas te ayudarán a dilucidar quién sí y quién no está fundamentado en la verdad.