¿Por qué no está cantando la Iglesia? Esta es la pregunta que el líder de alabanza y artista discográfico de Integrity Music, Travis Ryan, empezó a hacerse. La pregunta surgió después de que comenzó a leer un sinnúmero de discusiones acerca de las preferencias de estilo personal de alabanza y después de experimentar la alabanza desapasionada dentro de su propia congregación.
“Nos sentimos cómodos. Podemos ser tan fácilmente complacientes, y eso puede manifestarse incluso en un domingo por la mañana”, reconoce Travis, y agrega: “A quién le importa tu teología si vivimos una vida rancia”.
Travis a menudo compara las reacciones de los aficionados al ver a sus equipos deportivos favoritos en el campo de juego, con las experiencias de adoración a veces muertas en las iglesias. “Cuando se trata del domingo por la mañana, estamos cantando al mayor creador, Dios, que ha hecho los cielos y pensó en la tierra, y su soplo le dio existencia. ¿Por qué nuestra adoración en realidad es más similar a un funeral que a un partido de fútbol?”, observa él. “Cuando uno ve al Rey de Reyes por quien realmente es, ves que ocurre la adoración de los cielos. Nuestra adoración debería ser similar… Creo que la Iglesia no está cantando porque no ven a Jesús por quien Él es verdaderamente”.
Esta creencia se convirtió en el impulso para su proyecto de larga duración, Until My Voice Is Gone [Hasta que me quede sin voz], producido por Michael Farren, como también Grant Pittman y el hermano de Travis, Brandon Collins. El álbum llega después de su debut en 2012, Fearless, y el EP de 2015 You Hold It All, y fue grabado en vivo a través de dos noches con su congregación local, la Iglesia LifePoint, en las afueras de Nashville, Tennessee. “Las canciones realmente te llevan en un viaje”, explica él. “Es una lista de canciones que hemos hecho en LifePoint, no una, sino varias veces. Estas canciones han llegado a ser realmente el elemento vital que fluye a través de nuestra congregación”.
Como un compositor prolífico, Travis insiste en que solo es el administrador de sus canciones. “No considero que ninguna canción que escribo sea mi canción”, sostiene él. “Cuando se escribe una canción, creo que el Señor es quien ya la está cantando. Dice en Sofonías 3:17 que Él está cantando sobre nosotros. Creo que tenemos que escuchar muy de cerca, y luego escribir Su canción”.
Tal vez esta filosofía es más evidente en la historia de “We Believe” [Creemos], que Travis escribió para su iglesia, junto con los compañeros líderes de adoración Matt Hooper y Richie Fike. La canción fue grabada por Newsboys y se convirtió en un gran éxito Nº1 en la radio cristiana. No ajeno al entorno de música cristiana contemporánea, Travis ha abierto conciertos para todos, desde MercyMe, Steven Curtis Chapman y Jeremy Camp, hasta delirious?, The City Harmonic y Paul Baloche. Además, como un compositor muy solicitado, ha co-escrito con algunos de los mejores de la música cristiana, incluyendo a Matt Redman, All Sons & Daughters, Phil Wickham y Tim Timmons, entre otros.
“We Believe” le pone música a los fundamentos de la Iglesia. “Es el Credo de Nicea, el Credo de los Apóstoles — es fundacionalmente lo que creemos como iglesia”, explica Travis acerca del himno de adoración ganador del KLOVE Fan Award y nominado al Premio GMA Dove.
El himno de celebración “Your Love Set My Soul On Fire” [Tu amor hizo arder mi alma], escrito por Travis junto a Dylan Thomas, Jordan Merritt y Brandon Collins, hace algo similar, contando la verdad por la que estos cuatro compositores se juegan la vida. “Simplemente escribimos el Evangelio”, explica Travis de la pista que debutó en el campamento de la juventud de su iglesia donde se convirtió en un éxito instantáneo con los estudiantes. Poco después la presentó a la congregación en general y comenzó a ver que se producía la transformación.
“Tuvimos una fiesta de baile el domingo por la mañana”, dice Travis. “No puedes evitar bailar — salir de tu asiento — debido a la vida y la libertad que se siente”.
La pista que hace de piedra angular “You Hold It All” [Lo sostienes todo], que Newsboys también grabó para su exitoso álbum Love Riot (Fair Trade Services), sigue siendo una parte fundamental de la nueva colección también. Más allá del atractivo comercial, la canción — y otras en Until My Voice Is Gone — ya ha tenido un profundo impacto en numerosos miembros de LifePoint y en particular sobre Travis Ryan y su familia, ya que pasaron por un devastador aborto involuntario y su madre fue diagnosticados con cáncer cerebral.
“The Goodness of the Lord” [La bondad del Señor] fue una canción que también nació de la pérdida y que Travis nunca pensó que estaría en el disco. Fue escrita hace cinco años como un tributo a su difunto abuelo. Cuando la salud de su abuelo empeoró, Travis trajo su guitarra y empezó a cantar himnos para él en su habitación del hospital. Mientras rasgueaba los acordes de “It Is Well” [Estoy bien], comenzó a reflexionar sobre el legado de su abuelo. Un hombre que había sido un rebelde toda su vida, la suya era una historia de verdadero cambio de vida. Dos años antes, él había entregado su corazón al Señor, y Travis tuvo el honor de ser parte de su bautismo.
“Mi abuelo era el narrador de historias en nuestra familia”, recuerda Travis. “A nosotros, cuando niños, nos encantaba sentarnos y escuchar al abuelo Bill. Así que, mientras escribía, pensé, ‘¿Cuál fue la historia de mi abuelo… qué es lo que él querría que se cantara acerca de él?’ La verdad que Dios es bueno”.
Después que su abuelo falleció, Travis envió el coro escrito al lado de su cama, a su amigo y también compositor Richie Fike, quien añadió las estrofas. Travis cantó “The Goodness of the Lord” en el funeral de su abuelo unos días más tarde. Mientras él y Farren comenzaron a revisar su catálogo de canciones para grabar Until My Voice Is Gone, redescubrieron este corte especial. Con la batalla de su madre contra el cáncer como una inspiración adicional, Travis cambió el puente a “Cuando he sido despojado de mi futuro, Mi Dios está de mi lado”.
“Fue interesante ver cómo Dios, que nos da todas las canciones, no había terminado de escribir esa canción”, dice Travis. “Él quería terminarla con mi mamá y utilizar ese momento de su cáncer para traer a la superficie una letra que necesitaba ser escrita”.
La fidelidad de Dios ha sido evidente en la vida de la iglesia de Travis también. La poderosa canción “You Never Give Up On Me” [Nunca te das por vencido conmigo] es un testimonio de la búsqueda incesante del padre a sus hijos y el resultado de un tiempo de sanidad en la Iglesia LifePoint. Cuando un miembro del equipo pasó adelante y confesó una falta moral, se le pidió que renunciara a su cargo de liderazgo. Sin embargo, en vez de rechazarlo, la iglesia tomó un enfoque diferente — de compasión, como el de Cristo. Caminaron con este hombre y su familia a través de un largo y desafiante viaje hacia la sanidad y la restauración.
“La mayoría de las iglesias hoy en día, cuando ocurre una falta moral, simplemente se escapan, y piden la fidelidad de Dios hasta que comienza a ponerse feo”, afirma Travis. “Pero la gracia es confusa. Es una cosa muy, muy confusa, y tenemos que mostrarla al mundo”.
Durante todo el proceso, Travis Ryan animó a su amigo para poner sus emociones en el papel, para documentar la obra de Dios en su vida sabiendo que, un día, su historia podría ministrar a otros. Esos pensamientos se convertirían en “You Never Give Up On Me”.
No merezco tu bondad
Me das la bienvenida con Tu benevolencia
Me encontraste en mi oscuridad y mi vergüenza
No merezco Tu misericordia
Sin embargo, me cubres en Tu gloria
Me viste y me amaste igual
El congregado comenzó a trabajar para reconstruir su matrimonio y después de más de un año en el proceso, él y su esposa de hecho dirigieron la alabanza en un reciente servicio de LifePoint en celebración de todo lo que Dios había hecho en sus vidas. ¿La primera canción que cantaron? “You Never Give Up On Me”, la que Travis llama una “hermosa historia de redención”.
Es una historia tejida a lo largo de su propia vida. Hoy en día, Travis y su esposa tienen tres hijos: Hudson, 7; Jude, 4; y Scarlett de un año de edad, su hija nacida después de que la pareja sufrió el aborto involuntario. Este otoño boreal van a añadir un cuarto bebé a su familia. Su madre ha pasado por una serie de tratamientos contra el cáncer y está programado que termine su última ronda de quimioterapia para el final del año.
A lo largo de las circunstancias bellas y trágicas de su propio viaje y las narrativas que se desarrollan a partir de sus amigos y familiares, Travis Ryan sabe que su Dios es firme. Él solo espera que las canciones en Until My Voice Is Gone permanezcan como un brillante testimonio de Su fidelidad y den a la Iglesia razones para cantar.
“Hay tanta redención que está por ser escuchada a través de algunas de estas canciones”, predice él, habiendo visto a Dios ya usarlas enormemente en su propia vida. “Al final del día, Dios no va a decir, ‘Felicitaciones Travis, has grabado cinco álbumes. Bienvenido al cielo’”, concluye. “Espero que Él diga, ‘has sido fiel con lo que te di’. Y creo que estas canciones son una parte importante de eso”.
[Traducido del original escrito por Lindsay Williams]
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