La alegría del caribe se siente en cada tema y presentación de Anasandra, una talentosa cantante y compositora dominicana que hoy utiliza su música y testimonio para restaurar la vida de quienes atraviesan por abusos, enfermedades, abandono, problemas matrimoniales o crisis emocionales.
Con la ayuda de Dios, ella sobrepasó todas estas pruebas que comenzaron cuando era tan sólo una niña. Su padre emigró a los Estados Unidos cuando tenía tres años y posteriormente su madre también partió, dos años más tarde. Debido al abandono de sus padres se crió con su abuela paterna, en un hogar donde sufría de maltrato emocional y verbal.
Con el paso del tiempo se convirtió en una niña muy tímida, que solo soñaba con volver a estar con sus padres. A los doce años finalmente tuvo la oportunidad de viajar a la ciudad de Nueva York para reunirse con ellos. Sin embargo, nada era como lo había soñado: nunca recibió el amor ni la muestra de afectos que tanto había anhelado.
Sus padres peleaban todo el tiempo. Su padre se embriagaba y se gastaba todo el dinero en ese vicio y al llegar a casa se volvía violento. En contraste, su madre tenía que trabajar duro para cubrir todos los gastos de la casa y las necesidades de sus seis hijos. Bajo esas circunstancias el corazón de Anasandra se fue endureciendo.
Dios Llega Como Agua en el Desierto
Ese cuadro familiar la obligó a trabajar a los 13 años y desde esa edad trabajaba y estudiaba hasta cumplir los 21 años, cuando se casó. Pero en el momento en que se presentaron los primeros problemas conyugales optó como escape por inscribirse en el Ejercito de los Estados Unidos (US Army). Poco tiempo después fue enviada a servir en Alemania, donde entendió que Dios tenía propósitos para ella y su esposo, pues fue allí donde aceptaron a Jesús como Señor y Salvador.
En el año 2003 Anasandra formó parte del grupo militar que partió hacia la Guerra de Iraq, pasando allí, literalmente, por un desierto. No había comida, muy poca agua, dormía en el suelo y no existían ni las más mínimas condiciones de comodidad.
Sin embargo fue en medio de la guerra donde experimentó de cerca el amor de Dios. Mientras algunos de sus compañeros perdieron la vida en combates y accidentes, ella encontró refugio y una nueva vida en Jesús, quien le dio la esperanza que ahora comparte a través de la música.
La Batalla de la Mente, Una Guerra Continua
Luego de servir 11 años ininterrumpidos en las fuerzas armadas regresó a los Estados Unidos. Pero aunque finalizó el periodo de guerras en campos terrenales, para ella continuaba y se intensificaba una batalla muy grande, la guerra espiritual.
En el ejército se acostumbró a depender de sus propias fuerzas, su trabajo y su rifle. Así que tenía que adaptarse a una nueva vida junto a su esposo e hijos, mientras se recuperaba de los estragos mentales y emocionales que quedan después de sobrevivir una guerra.
A un mes de su regreso adquirió una bronquitis. Y una noche, profundamente dormida bajo los efectos de un calmante, vomitó y se ahogó con su propio vómito el cual se alojó en sus pulmones, ocasionando pérdida de oxígeno en el cerebro, y provocando un derrame cerebral.
Como consecuencia, perdió la sensibilidad auditiva neural, lo cual significaba que no podía escuchar nada. En medio de la angustia y la incertidumbre, se refugió aún más en Dios, ya que era al único a quien podía escuchar.
Durante un año tuvo que usar audífonos especiales — y aun debe usarlos ocasionalmente en reuniones — ya que además de la pérdida de la audición padece de tinnitus, escuchando un ruido constante en la cabeza de 4.500 hz de frecuencia.
Han pasado varios años desde que le regresó la audición parcial. Pero tal como ella describe, su recuperación no fue de un día para otro. “Dios, en muchas ocasiones, trabaja de manera silenciosa y no se necesitan fuegos artificiales para que se produzcan milagros, Él los hace y ya”, dijo.
La Obra de Dios en el Matrimonio de Anasandra
Además de ver la mano de Dios cuidando de ella en medio de la guerra y restaurar su salud, también lo vio obrar en su matrimonio, ya que al poco tiempo de haber aceptado al Señor en sus vidas, su esposo se alejó de los caminos de Dios.
“Por más de 10 años me congregaba sola y servía sola hasta que la condición de yugo desigual se hizo insoportable. Un día mi esposo me desafió diciendo ‘o te quedas con tu Dios o te quedas conmigo’. Como buena dominicana no me faltaron ganas de decirle un par de cosas, pero callé. Inicié un ayuno por 40 días. Al terminar el ayuno, no le di la respuesta a mi esposo, se la di a mi Señor. Le dije: ‘mi anhelo es servirte en familia, Señor, pero si no es posible, si ese no es tu propósito para mi, entonces yo te escojo a Ti’. Desde ese día se abrieron las ventanas de los cielos, el cambio en mi esposo fue radical. A partir de ese momento, él anhelaba ir a la iglesia, tenia un gozo y un fuego por las cosas de Dios”, declaró Anasandra, agregando que actualmente su esposo sirve en el reino predicando la Palabra.
“Ahora entiendo que servimos a un Dios celoso, que siempre quiere el primer lugar en nuestras vidas. Yo creía tener a Dios en el primer lugar en mi corazón, pero no; en ese tiempo el primer lugar lo tenia mi esposo y el anhelo de que le sirviera. Cuando le entregué todo a Dios, entonces Él se glorificó”, enfatizó.
Hoy en día Anasandra utiliza su testimonio y las pruebas que superó para alentar a otras personas que están batallando con algún problema físico, emocional o espiritual.
En 2011 lanzó su primer álbum, Si Te Tengo a Ti, bajo la producción de Omar Salas. A finales de 2013 Anasandra lanzó su segundo álbum Venceré, también producido por Omar Salas. De igual manera, el disco combina diferentes géneros musicales con el propósito de alcanzar a personas de todas las edades y trasfondos culturales con un mensaje de esperanza y restauración.
Sitio oficial Anasandra.com. Síguela en Facebook.com/Anasandra.Ministerios.