Hasta el momento llevamos diez preguntas contestadas. Confío en que hayan comenzado a darte luz sobre el tema de las ofrendas y de los eventos cristianos. Aun si no estuvieras de acuerdo, te invito a considerar mis respuestas como mis opiniones personales. Nada más. Ten la libertad de comentar al final y permíteme de ese modo conocer cómo piensas al respecto. “Señoras y señores, abróchense los cinturones, que estamos a punto de aterrizar”.
- ¿Por qué hay que pagarles a los cantantes si ellos pueden sostenerse de la venta de sus discos?
Simple, porque aun con la venta de discos no obtienen lo suficiente para sostenerse. El cantante y músico promedio no tiene la popularidad de Marcos Witt o Jesús Adrián Romero como para sostenerse de la venta de CDs o descargas digitales. No estoy diciendo que Marcos y Jesús Adrián puedan sostenerse solo de esto. Eso no lo sé. Me refiero a que su popularidad aumenta sus posibilidades de ingresos debido a este tipo de ventas. En este sentido, el mayor porcentaje de ingresos de un cantante promedio proviene de las ofrendas que reciben y no de las ventas de su música.
¿A qué se debe este fenómeno? A que la industria musical como la conocíamos hace diez años ha cambiado radicalmente. La piratería y las descargas ilegales han socavado la venta de música cristiana. De paso, la crisis financiera y el poco poder adquisitivo de las familias les hace pensar dos veces si comprar o no música original.
En este sentido, la venta directa de música que los cantantes hacen en las iglesias o eventos en los que participan es muy poca en comparación a como era antes. Por ejemplo, luego de la entrevista que le hice a Juan Carlos Alvarado para el blog fuimos a almorzar y mientras comíamos salió a colación el tema de la venta de música y me dijo: “Hoy en día si vendes 10 mil unidades significa que hiciste un buen trabajo. Y si vendiste 20 mil, significa que hiciste… ¡Un gran trabajo!”
Las ventas no son estables como para basar en ellas un presupuesto mensual de manutención. Las ofrendas derivadas de invitaciones, sí.
- ¿Es correcto que se paguen miles de dólares a un cantante para que venga?
Si el evento es cobrado y todo será hecho bajo mutuo acuerdo, está bien. Cada cantante decide cuánto establecer como pago mínimo por sus servicios ante un evento cobrado y cada organizador decide si acepta o no dicho monto para traerlo. La música es un negocio digno como cualquier otro negocio, si se realiza respetando la ética de trabajo y las leyes del país.
De paso, en el negocio de la música cristiana nada es hecho por obligación. Si un organizador acepta pagar altas sumas de dinero a alguien para que participe de su actividad, lo hace por decisión propia. No porque alguien lo haya obligado.
Es conocidísimo el caso que pasó en El Salvador, de una mega iglesia que trajo a Marcos Witt para un evento en el estadio hace unos años. Seguramente la asistencia a la actividad sobre pasó las 30 mil personas. El evento era gratuito; sin embargo, ¿cuánto pagaron de honorarios a Marcos y su banda por tocar por dos horas? Más de 25 mil dólares.
¿Cómo lo sé? Porque después del evento el pastor de esta mega iglesia lo mencionó por lo menos en dos ocasiones durante sus sermones televisados en los meses siguientes. Y ojo, no lo comentó muy contento, ¿eh? Yo oí una de esas veces que lo mencionó. “¿Por qué se está quejando…” — reflexionaba dentro de mí — “… si para traerlo tuvieron que haber estado de acuerdo ambas partes? ¿Por qué entonces se queja si ellos decidieron de antemano pagar esa suma?”
Como sabes, hay cantantes que son sumamente populares. Marcos Witt y Jesús Adrián Romero son algunos de los que más alto se cotizan para participar con banda en ciertas actividades. Es decir, entre más famoso un cantante más caro traerlo; entre menos famoso, más barato.
¿Está mal que cobren tanto? ¿Es pecado pedir sumas tan altas en concepto de honorarios? Hasta donde yo veo, no. Es más, sería mejor preguntarse: ¿Es correcto que el cantante no cobre si el evento será cobrado? ¿Está bien que trabaje gratis si además de cobrarse entrada la actividad será tan multitudinaria?
Cada quien decide cómo se manejará según la propia filosofía de ministerio adoptada; sin embargo, si alguien no quiere cobrar honorarios sabiendo que el evento será con entradas pagadas y que habrán miles de personas, está bien. Pero hasta donde la lógica me permite intuir, no veo en dónde está lo incorrecto si decidieran cobrar.
Imagínate lo siguiente conmigo:
Un organizador quiere hacer un evento con alguno de estos cantantes famosos y lo realizará en un auditorio para más de 15 mil personas. Ojo: este organizador va a cobrar, y va a cobrar mucho dinero por la entrada, ¿eh?
Cuando el organizador llame y se comunique con la oficina del cantante, el manager le va a preguntar en dónde será el concierto, cuánta gente se espera y cuánto cobrará por boleto. Según esta información el manager verá que habrá mucho dinero de por medio y por lo tanto, lo honorarios para el cantante y su banda deberán ser proporcionales a las ganancias que el organizador obtendrá.
Ahora, el manager debe establecer un pago equitativo conforme a esas ganancias porque si no lo hace, sería permitir que los exploten y se aprovechen de ellos. Por eso, si se venderán 15 mil entradas y el organizador percibirá más de 200 mil dólares en ingresos (no de ganancias), lo justo sería que el cantante y su banda obtengan el 20% de ese dinero. Es decir: 40 mil dólares por su servicios.
Ojo, de esos 40 mil no todo va al bolsillo del cantante. Parte va al manager, parte a cada integrante de la banda, parte para manejo de oficina — ¿parte como pago de impuestos? — y parte para el cantante.
Nota: Lo anterior es solo un ejemplo, ¿ok? La realidad es que los cantantes y sus managers ya tienen tarifas establecidas y entonces los organizadores de eventos, basados en esa información, escogen el recinto en el que llevarán a cabo la actividad, definen el resto del presupuesto y al final el costo de los boletos.
Entonces, ¿es malo que un cantante cobre altas sumas como 25 mil o 40 mil dólares? No. Según el ejemplo anterior eso sería lo justo a cobrar conforme a la cantidad de asistentes que habrá en una actividad y al costo por boleto que se cobrará.
En fin.
Ahora vámonos del otro lado, ¿está bien que un organizador de eventos gane tanto dinero así como el cantante, es decir, unos 40 mil dólares, de una sola vez? La respuesta: Sí.
Si no lo sabes, como regla general de las inversiones entre más riesgoso un negocio mayores las posibles ganancias. Entre menos riesgoso, menos dividendos. El organizador del evento asume el gran riesgo de hacer un concierto tan magno y según el nivel de riesgo asumido será su remuneración. Lo mismo pasaría si el evento fracasa, así de grandes serán las pérdidas.
Debido a lo alto y riesgoso de la inversión, la recompensa del organizador será ganar una suma como esa, parecida o mayor a la que acabo de mencionar.
En mi opinión los prejuicios que la iglesia evangélica tiene con el tema de que los cantantes famosos cobren altas sumas de dinero y que los organizadores lo reflejen en el costo de los boletos, tiene más que ver con nuestra mente no entrenada para los negocios. El cristiano promedio ve como malo que un ministro gane tanta plata y eso le molesta. Pero si revisamos la Biblia no hay ninguna prohibición para el tema de que los hijos de Dios ganen altas sumas de dinero. Claro, se nos advierte contra “el amor al dinero”, pero no al hecho de ganarlo.
Si fuera malo ganar altas sumas de dinero, dígame: ¿No se comportan correctamente actores como Denzel Washington y otros más que confiesan ser cristianos debido a que cobran millones de dólares por cada película? ¿Qué decir de futbolistas como Kaká y Falcao que también son cristianos y facturan millones de dólares anualmente?
El punto aquí es que hay oficios mejores remunerados que otros según el país donde uno resida. Los oficios artísticos como el canto, la música, la actuación, etc., a lo largo de la historia siempre han sido muy bien pagados. ¿Quieres ganar como ellos? Entonces dedícate a una de estas labores y sé lo más excelente posible. ¿Quién sabe? A lo mejor podrías ganar tanto como ellos. Digo.
- ¿Qué opinas de los cantantes que exigen lujos como parte de sus requisitos?
Hace unos años un amigo me contó qué cosas pedía una cantante más o menos famosa dentro de su “Rider” (se pronuncia raider). Por si no lo sabes, un Rider es una lista detallada de especificaciones técnicas que los cantantes y bandas musicales necesitan que los organizadores de eventos cumplan para poder desarrollar efectivamente su labor.
El problema que algunos tenemos con los Riders es que hay quienes además de las especificaciones técnicas relacionadas con el sonido, instrumentos musicales, hospedaje y alimentación, solicitan que los recojan en cierto tipo de automóviles, los hospeden en cierta línea de hoteles y hasta especifiquen las marcas de botellas de agua y de bocadillos (snacks) que quieren en sus camerinos.
Esa vez mi amigo me contó que entre algunas excentricidades que se especificaban en el Rider de esta cantante, habían una marca de semillas (maníes, por ejemplo) que quería estar comiendo antes de pasar a cantar. Lo gracioso no era que pidiera eso, sino que al final de la larga lista de especificaciones decía: “¡Todo esto para que la unción del Señor fluya en la reunión!”
Vamos, ríete conmigo, jejeje.
Este tipo de cosas son las que provocan que la comunidad cristiana piense que algunos predicadores y cantantes en lugar de ser servidores de Dios y de su pueblo, ahora se consideran a sí mismos estrellas de la farándula. Este comportamiento de “Divos (as)” le es tropiezo a la mayoría de nosotros y nos hace preguntarnos: “¿En qué parte del camino el ministerio de la música y la predicación se extravió?”
Con esto no estoy diciendo que cuando se invite a un ministro se le atienda mal, se le meta a una pocilga y se le dé cualquier cosa de comer. No, la iglesia sede o el organizador de un evento debe esforzarse para atender lo más excelentemente posible a sus invitados según sus capacidades. Sin embargo, el hecho de que a un cantante lo hayan atendido mal en algún lugar no justifica que éste se extralimite especificando cosas intrascendentes y lujos innecesarios en sus Riders.
Amigos organizadores de eventos me han contado cómo los Riders de algunos especifican limosinas, días turísticos pagados y penthouses. Vamos, ¿acaso hemos enloquecido? ¿Dónde está la mentalidad de misioneros a corto plazo de los predicadores y ministros de música itinerantes?
Lamentablemente hay gente que organiza eventos que acceden ante los pedidos de estos “supuestos” siervos y entonces los acostumbran a este tipo de tratos. Entonces, cuando ellos ven que en algunos lugares les dan todo cuanto piden, lo establecen como patrón para futuras invitaciones.
Mira, si alguna vez invitas a un cantante y te exige algunas de estas tonterías, ¿te doy un consejo? ¡Olvídate de traerlo!