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Vida Cristiana

¿Cobrar o No Cobrar? (Parte 1)

Mi perspectiva sobre un tema polémico.
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Antes de adentrarme en el tema tan polémico de si cobrar o no cobrar, permíteme responder la pregunta que algunos se estarán haciendo en este momento: “¿Y qué tiene que ver este tema con un compositor de canciones?” Bueno, mucho. Resulta que un buen porcentaje de compositores cristianos son cantantes o músicos, ¡o ambos!, y en conversaciones con algunos de ellos me han preguntado: “¿Qué opinas de que un cantante cobre por ir a cantar a una iglesia?” Por lo tanto, el tema de cobrar o no cobrar es importante si alguien desea desarrollar una filosofía de servicio acorde a los principios de la Escritura y la ética cristiana de trabajo.

El tema es importante porque quienes están en contra de esta práctica juzgan de mercaderes a quienes lo hacen; mientras quienes están a favor justifican su actuar hasta bíblicamente. ¿Quién entonces tiene la razón? ¿Lo sabes tú?

Un breve ejercicio en mi Facebook reveló lo candente del tema. Ante la pregunta que puse en mi muro: “¿Qué opinan de los predicadores y cantantes cristianos que no van a tu iglesia si no les garantizas que les darás un mínimo de dinero?”, recibí más de 40 comentarios. ¡Eso es bastante eh! Lo más que la gente llega a comentar en mi muro son 15 personas, nada más. ¡40 es avivamiento! Je.

¿De qué me habla esto? Que definitivamente el tema es polémico. Por ejemplo, lee esta breve colección de comentarios que escogí:

“Está mal porque predicar y cantar para Dios es algo que nace. Es del corazón y no es un trabajo”.
Oscar

“Pienso que lo primordial es tener un corazón dispuesto a servir, sin esperar nada a cambio; sin embargo, hay que honrar a los ministros”.
Keven

“El día que yo le cobre a mi hija y a mi esposa por sostener nuestro hogar, sería porque mi amor por ellas ha menguando. Personalmente pienso lo mismo de los que se lucran de sus talentos en el evangelio. Dios no me cobró su salvación, las veces que me ha sanado ni las veces que me ha fortalecido. ¡Nunca!”
Edwin

“El negocio de Jesús era este: Sacar el dinero de la boca de un pez, pero nunca cobrarle a la gente para llevar a cabo su ministerio”.
Gilberto

“Gilberto… Entonces que los ministros y músicos ya no reciban ofrenda de las iglesias. ¡Que vayan al mar, busquen los peces y que ellos les den lo que necesitan!”
Jessica

“Pienso que también deberíamos preguntarnos cuál es nuestra motivación para traer a tal o cual predicador o artista. Los hombres de Dios no eran contratados por personas, ellos iban según el Espíritu les iba marcando”.
Claudia

“El hecho de que algunos ministerios pongan una tarifa es porque más de una vez no les reconocieron pero ni la comida. Cuando se cansan de esto entonces ponen tarifa. Probablemente nosotros hemos sido quienes los hemos empujado a hacer esto. Estamos cosechando de ellos nuestra propia tacañería”.
Edwin

“¡Mi hermano! Si vas a empezar a cobrar, ¿puedo ser tu representante? Jajaja”.
Billy

“Me parece lamentable… Jesús dijo: “De gracia recibisteis, dad de gracia”. Entiendo que necesiten vivir, cubrir sus gastos, etc., pero de allí condicionar su servicio al dinero muestran que no tienen ministerios sino negocios”.
Pablo

“Noel es compositor y no creo que los ministros le digan: ‘¡Oye, componme una alabanza y que te pague un pez!’ Jajaja. En el evangelio tenemos que ser mejores que los del mundo. No podemos permitir que ellos paguen bien y los hijos de Dios no queramos bendecir a los siervos de Dios”.
Jessica

Como ves, las opiniones son variadas. De paso, ¡el bendito pez fue el protagonista! Je.

Mi Corta Experiencia Con El Tema

Como muchos saben, parte de mi labor como bloguero es entrevistar a compositores sobre sus Aventuras de Composición y compartirlas gratuitamente a través del sitio. Como mi visión al entrevistarlos es conocer cómo escriben sus canciones, nunca les he preguntado directamente por qué cobran por sus presentaciones. No lo he hecho porque no he querido desafinar nuestra conversación y porque mi prioridad es otra.

Aun así he tenido experiencias directas con el tema del pago a cantantes ya sea porque he traído a algunos pocos o porque he conversado con quienes lo han hecho. En este sentido, ambas experiencias me dan cierta autoridad para abordar este tema que despierta tantas opiniones.

¿Cuál es mi posición ante este dilema? Bueno, la irás conociendo a medida que vaya desarrollando el tema. La forma en que abordaré estos artículos será el siguiente:

Primero, presentaré una breve reseña histórica de lo que pudo haber provocado que los ministros cobraran. Segundo, hablaré de la actitud que debería tener el cantante cuando aborde el tema del dinero cuando lo inviten. Tercero, plantearé cómo cada quien podría desarrollar una filosofía personal sobre el manejo del dinero en el ministerio musical. Y por último, responderé algunas preguntas que suelen surgir cuando se aborda este tema.

La serie durará alrededor de 13 artículos, por lo que nos espera un vuelo prolongado; sin embargo, publicaré esta serie lo más rápido posible.

Antes de emprender el vuelo te aclaro que no pretendo que mis artículos se tomen como la palabra final al dilema, sino como una propuesta para todos aquellos que están involucrados en la música y deseen adoptar una filosofía propia de ministerio. Te animo a que veas mis reflexiones como el comienzo de una conversación más amplia que podrías desarrollar con tus hermanos en Cristo, líderes y pastores o ministros que sirven en la música.

Si llegaras a concordar con mi postura, bien. Y si no, también. No tienes por qué pensar igual a mí para que podamos amarnos y respetarnos en el Señor. Somos un cuerpo en Cristo a pesar de opinar distinto, ¿no?

Dicho lo anterior, ¿es correcto cobrar por nuestros servicios? O como dijo quien comentó en mi muro: ¿O qué? ¿Debemos ir al mar y sacarles el dinero a los peces? Je.

“¡Señoras y señores! ¡Por favor abróchense los cinturones que este vuelo comenzó!”

Continúa…