La conjunción de una carrera artística con el pastorado no es cosa fácil. Pero Karina Cosentino parece llevarse bien con ambas cosas, como queda en evidencia con el más reciente material audiovisual de AvivaMusic.
En este diálogo, hablamos de su pasión por la música, su llamado a pastorear y las cosas trascendentales por las que atraviesa la iglesia en este momento tan particular que se vive. Y nos dejó frases interesantes como: “Le haría mucho bien a la política que los hijos de Dios se involucren“.
¿Qué quedó de aquella baterista de heavy metal en Karina Cosentino?
Creo que nuestras vidas, las de todos nosotros, antes de Cristo, son el testimonio que siempre nos va a acompañar, y es bueno no olvidar, para tener presente nuestra vulnerabilidad. En lo personal, cuando me preguntan, tengo la sensación de estar hablando de otra persona… el Señor tuvo mucho trabajo conmigo y aún sigo siendo transformada a su imagen.
¿Cómo fue esa transición del rock a esta música congregacional contemporánea que llevas adelante con AvivaMusic?
Al tiempo de convertida comencé a servir al Señor en la adoración, fue todo un cambio; imagínate, yo tocaba heavy metal, doble bombo, y ahora tenía que tocar estilos diferentes. ¡No tenía ni idea de cómo se manejaba el hi-hat!
Pero puse lo mejor de mí, había descubierto una nueva faceta de la música: antes tocaba por reconocimiento y dinero, ahora toco para expresar mi adoración a Dios. El enfoque es totalmente distinto y eso me llevó a disfrutar de la música de otra manera.
Luego empecé a escuchar artistas cristianos, de todos los estilos, dejé la batería y comencé a cantar. ¡Cambió mi mente! Después me puse a componer y ya lo que componía se alejaba mucho del heavy; aunque me sigue gustando escucharlo, ¡no es lo que me sale!
¿Pensaste alguna vez en que ibas a tener la responsabilidad de liderar una congregación? ¿Te asustó el hecho de hacerlo cuando te enfrentaste a esa posibilidad? ¿Cómo conviven la cantante, la pastora, la madre y la esposa?
Con el correr del tiempo conocí a mi esposo, Diego. Los dos estábamos sirviendo y lentamente fuimos dándole más y más tiempo al Señor, por amor, por agradecimiento; fue natural. Si hace 15 años atrás un ángel me hubiese dicho “vas a pastorear junto a tu esposo”, ¡habría salido corriendo! Creo que el Señor nos fue llevando hacia su propósito y nuestras elecciones siempre lo priorizaron. Simplemente cuando llegó el momento, ya lo estábamos haciendo.
El Espíritu Santo me ayudó a resolver la convivencia de mis roles. Él nos enseña todas las cosas. En una época quise determinar qué tenía que hacer: o pastorear, o cantar, o dedicarme a mis hijos, y él me mostró que podía hacerlo todo, un día a la vez.
Lo que hoy se necesite, eso hay que hacer. Estar con los chicos, pasar tiempo con mi esposo, visitar a alguna persona o ensayar, cada cosa tiene su tiempo.
Te tocó iniciar el pastorado en un momento muy particular del país, donde la iglesia cobró mucho protagonismo. Desde hace unos años a esta parte, la Argentina viene siendo atravesada por signos políticos que se contraponen y ha logrado fracturar a la sociedad, y en consecuencia, a la iglesia. ¿Cómo afrontaste esa situación? ¿Cómo afectó a tu congregación?
Jesús ora por nosotros, en el evangelio de Juan, capítulo 17, y le pide al Padre que seamos uno, así como él y el Padre lo son, para que el mundo crea. El libro de los Hechos nos muestra una iglesia unida, unánime y llena del poder del Espíritu Santo. Yo no creo que esto sea una utopía, esto puede ser real.
Confío en que Dios levantará una generación de líderes que anhelen vivir esto tanto como nosotros; sé que hay muchos, y sé que seremos cada vez más, porque en la misma medida que el mundo continúe cayendo y enfriándose, la iglesia se levantará en poder y autoridad.
¿La política? ¡No tiene nada que ver con la iglesia! Aunque le haría mucho bien que los hijos de Dios se involucren con inteligencia, palabra y sabiduría de Dios. Nosotros pertenecemos a un reino espiritual, al Reino de los cielos, que no está delimitado por fronteras o convicciones humanas.
Hoy día, el tema del aborto es otra cuestión donde vuelven a confundirse los valores. La iglesia vuelve a tener una voz potente en la lucha por las dos vidas. ¿Cómo enfrentas este momento? Desde tu perspectiva de “pastora joven”, ¿qué panorama avizoras, como iglesia, en esta batalla que se está dando para que el proyecto de ley de despenalización del aborto no se apruebe?
Celebro que la iglesia salga a las calles a manifestar su postura. Yo también lo hago. Lo hablamos en la congregación, y tenemos charlas con los preadolescentes y jóvenes al respecto. Pero me preocupa que esto nos desenfoque de nuestra misión, que en definitiva es lo que conseguirá que muchos más piensen como nosotros: hacer discípulos de Cristo.
Nuestra misión puede hacer fracasar todo tipo de ley contraria a Dios, y a mi entender, no debe sorprendernos que en el futuro pretendan implementar aún más leyes de este tipo. ¡Está escrito! Pero cuantas más personas — diputados, senadores, médicos, etc. — cristianas haya, menos leyes de este tipo se sancionarán.
Como congregación, estamos saliendo más que nunca a las calles, trenes, hospitales, comedores, geriátricos, a llevar la palabra de Dios, y a hacer contacto con personas que no conocen a Jesús. Como siempre y más que siempre, enfocados en la misión.
Por último, volviendo a la música, ¿qué planes hay para AvivaMusic a partir de su nuevo videoclip?
Presentamos el video “Mi Alma Canta” en redes sociales con mucha expectativa, porque está totalmente producido por el equipo de AvivaMusic. Luego presentaremos nuestro material en Expolit. Estaré viajando, Dios mediante, en unos días.
Y por otro lado, trabajando en una nueva canción, contentos por el audio que estamos logrando; creemos que vamos mejorando en ese sentido de una producción a otra, aunque queda mucho todavía por aprender.
Creo que éste es un año de bases para la banda, que apenas tiene meses de vida. Como te dije antes, todo tiene su tiempo, mientras tanto, disfrutamos de servir al Señor en cada servicio.
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