Cuando el elevador se detuvo por cinco segundos, pensó lo peor, y se sintió totalmente atrapado. Su corazón empezó a latir rápido y su boca se secó. Cuando siguió andando el elevador todos se rieron, pero él quedó pensando en lo que sería quedar atrapado en ese lugar. El miedo tiene ese poder de afectar nuestra mente y nuestro cuerpo. Hay varias razones para esto:
El miedo es natural. Es una emoción primaria que tiene su base en el sistema límbico del cerebro. El potencial de dolor, un peligro real o imaginario, o el peligro de muerte, causan miedo. La reacción física es instantánea. Cuando la adrenalina se desencadena ante el peligro, nuestro cuerpo puede paralizarse o pelear/escapar. TODOS experimentamos miedo.
El miedo es aprendido. Mi amigo se dio cuenta de que temía hablar en inglés en público porque cuando empezó a hablar en ese idioma mucha gente no entendía su acento o les causaba risa como hablaba. Las experiencias sociales negativas pueden resultar en miedos aprendidos.
El miedo es un conjunto de emociones. La gama del miedo incluye desde el susto, que es pasajero, hasta el terror que resulta de un trauma inevitable. Estas experiencias van acompañadas de ansiedad reactiva, fobias (miedos imaginarios), o pánico (un estado sostenido de miedo intenso que resulta en una reacción química y fisiológica).
El miedo es una forma de pensar. Con todo evento que causa miedo, nuestra mente usa estos procesos: atención, evaluación, y respuesta. Pero hay infinidad de miedos que no tienen base en la realidad, por ejemplo:
- Miedo al rechazo
- Miedo de ser ridiculizado
- Miedo al fracaso
- Miedo a lo desconocido
- Miedo a perder recursos
- Miedo al cambio
- Fobias (simples y sociales) [i]
[i] En este link puedes ver una lista de fobias.
¿Cómo enfrentar el miedo?
Para lidiar con el miedo podemos usar los mismos procesos naturales de nuestra mente, incluyendo:
- Atención: A todos nosotros nos puede caer un rayo del cielo, o nos puede aniquilar un meteorito del espacio. Pero, aunque podemos temer ambos sucesos, no le prestamos atención, porque es muy raro que sucedan. La realidad es que somos selectivos con los peligros (reales o imaginarios) a los que ponemos atención. Haz una lista de los peligros que capturan tu atención en este momento.
- Evaluación: Tengo que tomar decisiones sobre los peligros que percibo
- Si hay un desafío o peligro que es real (enfermedad, problemas en el trabajo, conflicto, situación financiera, etc.), entonces tengo que definir de dónde viene, por qué se ha presentado, y cómo me está afectando específicamente.
- Si es imaginario (no tiene base en la realidad) entonces tengo que responder una sola pregunta: ¿cuál es la probabilidad del 1 al 100% de que eso realmente suceda?
- Con todo lo que me he preocupado hasta ahora, ¿cuántas veces ha sucedido lo que yo temo? Sin la respuesta es nunca, entonces es hora de desechar ese miedo para siempre.
- Decide si este miedo es aprendido o es una reacción natural. Si lo estás asociando con una experiencia negativa en tu pasado, y es una percepción fantasiosa de la realidad, entonces es un miedo aprendido y puedes parar de temer.
- Respuesta: En vez de reaccionar automáticamente y quedarnos paralizados por el temor o huir de las situaciones, consideremos lo siguiente:
- En caso de peligros objetivos, debo reaccionar prudentemente. El rey Salomón aconseja: “El que es inteligente ve el peligro y lo evita”. Eso requiere crear un plan de acción o prevención, y a veces requiere consejo y ayuda de otros.
- Escoge tu respuesta. No puedes cambiar todo lo que pasa en tu mundo, pero sí puedes cambiar tu reacción ante los eventos. ¿Cuáles son tus opciones reales?
- Controla tu imaginación. Naturalmente visualizamos cosas negativas y resultados malos. Pero si podemos imaginar lo peor, también podemos aprender a esperar que las cosas salgan bien.
- Cambia tu forma de pensar. La mayoría de las cosas que tememos jamás suceden. Por eso tenemos que enfocarnos en la realidad. Como dijo el rabino Saulo de Tarso: “Concéntrense en todo lo que es verdadero… Piensen en cosas excelentes”.
- Nada conquista el miedo como enfrentarlo. Pero esto requiere ayuda y muchas veces no puedes hacerlo solo. También requiere tomar riesgos. Es decir, tenemos que ir más allá y preguntar: ¿Qué es lo peor que puede suceder si…?
- Necesitas sentirte seguro en tus relaciones más importantes. ”El amor echa fuera el temor”. Cuando sabes que eres aceptado por quien tu eres, el temor se desvanece. Esto implica la necesidad de arreglar mis relación con Dios y con mis seres queridos.
¿Cómo estás enfrentando tus miedos?
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