Nuestra mente procesa, responde y genera entre 60 a 70 mil pensamientos por día. Lamentablemente, 70 a 80% de esos pensamientos son negativos. En efecto, las personas con síndromes clínicos de depresión y ansiedad creen y adoptan su diálogo interno negativo como una realidad. Para cuidar nuestra salud mental debemos cuestionar nuestros pensamientos. ¿Qué pensamientos negativos aceptamos sobre nosotros mismos? Aquí ofrezco cinco:
- Debo ser una persona perfecta. Quizá esta mentira la aceptamos en la niñez con demandas irrealistas sobre nuestras actividades. Quizá nos la auto-impusimos creyendo que otros eran perfectos y teníamos que ser iguales o mejores que ellos. La realidad es que el perfeccionismo es el padre de la procrastinación y nos congela en el hielo paralizante del miedo. Otras veces nos encierra en la prisión de la vergüenza porque nos acusa de ser incompetentes.
- Debo tener la aprobación de todos. Esta mentira que va ligada a la anterior, nos lleva a depender del qué dirán. Nuestras acciones la controlan el miedo imaginario de que, si todos no quedan complacidos con mis acciones, entonces he fallado. Esta mentira nos impide ser nosotros mismos.
- Es más fácil evadir que confrontar problemas. Situaciones difíciles siempre nos causan estrés. Nuestra reacción natural es evadirlas. Pero cada vez que evito el problema, su significado crece en mi mente y me lleno de ansiedad. Huir de la realidad siempre me debilita.
- “No puedo ser feliz si las cosas no salen a mi manera”. En un viaje al exterior, rechazaron mi tarjeta al club de pasajeros, rehusaron cambiarme de la última fila, y me dejaron en la ventana en vez de cambiarme al pasillo. Sentí que esta era la peor aerolínea del mundo y que por su culpa, se me había arruinado mi viaje. Creer la fantasía de que merecemos un trato especial nos hace sentirnos muy ofendidos y desdichados.
- La culpa la tiene otra persona. Cuando mi hijo menor tenía apenas 2 años, lo encontramos infraganti en el refrigerador con las manos en la torta de chocolate. Al preguntarle qué estaba haciendo, dijo sin pensarlo dos veces: “Mi abela dijo que coma torta”. Muchos de nosotros todavía estamos echándole la culpa a los demás. No sólo por lo que hacemos, sino también por lo que no hacemos o no creemos poder hacer. Creer que otros controlan lo que me pasa, me deja atascado en un fango de irresponsabilidad o de resentimiento.
¿Cómo cambiar el diálogo negativo interno?
Hay varios pasos que están a nuestro alcance para responder a éstos y otros pensamientos negativos:
- Los pensamientos negativos no son la realidad. No los aceptes automáticamente sin desafiarlos y rebelarte en su contra. Escoge lo que vas a creer acerca de ti mismo. Haz una lista de esos pensamientos negativos y responde a cada mentira con la realidad. Luego, deséchalos cuando regresen.
- Llena tu mente con pensamientos realistas. Lee, aprende, nutre tu mente con la verdad. Los pensamientos negativos han estado presentes desde la niñez. Es hora de re-entrenar mi mente para pensar distinto. Cuando yo empiezo mi día leyendo las escrituras, orando y meditando, puedo entender que no soy el centro de mi universo y aprendo a tener gratitud, porque mi felicidad es mi propia decisión.
- Pide perdón y perdónate a tí mismo. Los remordimientos van de la mano con los pensamientos negativos. En lo posible reconoce tu error y pide perdón. En otros casos tienes que perdonarte a ti mismo y soltar el pasado. El perdón nos libera de la culpa y nos permite buscar solución a los hechos.
- Haz una lista de todas las cosas positivas y buenas que hay en tu vida en este momento. Esto nos ayuda a visualizar la realidad de lo que sucede y trae una perspectiva sana a nuestra situación. Pon esa lista en un lugar donde siempre puedas verla (escritorio, computadora, o refrigerador). Cambia o añade a esta lista cada semana. Finalmente, da gracias por todo lo bueno que sí tienes.
¿Quieres dejar de creer mentiras sobre ti mismo? ¡Empieza hoy!
Adaptado de Las Mentiras que Creemos, Thurman (2003).
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