¡Pon atención! Me decía mi maestra de primer grado, cuando descubrí la lectura y me la pasaba descifrando todos los escritos de mi salón, en vez de escuchar lo que ella decía. Entonces, como ahora, es fácil leer tantas cosas que buscan ser descifradas en nuestras vidas cibernéticas, que nos desconectamos con lo que tenemos por delante. En un mundo inundado por información e imágenes, se ha perdido el valor de tener enfoque. En vez de estar hiperconectados estamos hiper-distraídos.
Si en décadas anteriores la idea de la buena vida venía asociada con fumar un cigarrillo, en ésta década se nos haría imposible pensar de la buena vida sin dispositivos electrónicos y redes sociales. Las adicciones a estos nuevos apéndices de la buena vida traen sus consecuencias. Hay tres peligros básicos de vivir hiperconectados:
- Aislamiento interpersonal. La ironía de ésta década es que puedes tener mil amigos en Facebook pero estar aislado emocional e intelectualmente de la persona al lado tuyo. Esto se puede comprobar en cualquier restaurante.
- Pérdida de enfoque. Es común empezar con una intención específica de encontrar algo, y luego pasar horas correteando sugerencias o distracciones en el internet, olvidándote de tu propósito inicial.
- Insatisfacción perenne. “El ojo no se cansa de ver, ni el oído de escuchar” decía el sabio Salomón. No importa en cuantas redes estés y cuántos seguidores tengas, siempre parece ser que otro tiene más. ¿Cuánto es suficiente?
Sería demasiado presumido de nuestra parte decir que somos la única generación de la historia con tantas distracciones. La crónica humana nos dice dos cosas en ésta área: Primero que siempre ha habido modas y manías que han fascinado y distraído a distintas eras, y segundo que en cada era han existido personas destacadas, precisamente porque se despojaron de distracciones y se enfocaron en un propósito singular.
¿Cómo podemos enfocarnos en un mundo lleno de distracciones? En éste artículo quiero compartir 5 ideas de cosas que yo estoy usando para mantener mi enfoque y aumentar mi productividad.
- Descansar. Nada me ayuda a enfocarme más que hacer menos. Todas las semanas tomo un día de descanso para relajarme, ir a la iglesia, meditar, pensar, leer, dormir más, y reponer mis energías. Este día de descanso estoy aprendiendo a desconectarme de las redes sociales. Mi meta es tener un día sin teléfono.
- Definir mi propósito en ésta etapa de vida. Mi propósito general ahora es escribir y comunicar principios de cambio al público en general. Esa es mi meta, este es uno de mis medios. Saber esto afecta mis hábitos, mi horario, mi vida social, mi enfoque. ¿Cuál es tu propósito en esta etapa de tu vida?
- Definir el propósito de ésta semana. ¿Cuáles son las cosas principales que debo hacer esta semana para lograr mi propósito? Esta pregunta me obliga a decirle NO a muchas cosas para hacer solo unas pocas cosas o una cosa, pero hacerlo muy bien. También soy celoso con mi tiempo y elimino distracciones. O sea, que mis metas para la semana, afectan mis actividades de cada día.
- Aprender de mis errores. Si la locura es tratar de hacer la misma cosa de igual manera esperando un resultado distinto, la sagacidad es reconocer cómo y por qué estoy fallando y ajustar mi conducta para obtener el resultado deseado. Esto se logra hablando de las experiencias negativas con otros y escribiendo una nota autobiográfica donde detallo las causas del error. Este paso es crucial porque me demuestra cuáles hábitos debo dejar y qué hábitos debo adquirir o mejorar. Determina qué cosas te distraen y elimínalas o limita tu acceso a ellas.
- Me propongo estar presente en el aquí y ahora. La fantasía del mundo virtual no se compara con la satisfacción de una relación humana real. Por eso, evitamos tener el celular durante la comida, y conversamos usando frases completas con la persona en frente nuestro. También decido trabajar en una cosa a la vez en la oficina. La noción que la multitarea (multitasking) te hace más productivo, es un mito igual a la noción que los cigarrillos te hacen más sofisticado. En mi oficina, descubrí que cuando abro mi email por 5 minutos cada hora, logro muchísimo más que cuando está corriendo en el trasfondo. La razón de eliminar distracciones en mi vida, es de permitirme estar completamente presente y vivir la realidad del momento a plenitud. Esto puede ocurrir en mi vida espiritual, física, relacional, laboral, y financiera.
Vamos a lograr más cuando entendamos nuestro propósito, aclaremos nuestras prioridades y nos enfoquemos en lo que tenemos por delante con todo nuestro esfuerzo. La claridad de tu propósito determinará la intensidad de tu enfoque.
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